Si hay un tema del que se habla últimamente entre amigos en los bares de Madrid, lejos de ser Cataluña, es el precio del alquiler, ya no sólo su aumento, sino el aumento de los requisitos: 2 meses de fianza, 2 meses de aval bancario o depósito y el mes corriente. En este contexto, muchas personas deciden acudir a
prestamistas y créditos rápidos para completar la cantidad que les falta y poder entrar a vivir en el piso en cuestión.
La situación se agrava cuando hay alguna agencia inmobiliaria de por medio. Los gastos de ésta corren por cuenta del inquilino. En otras comunidades autónomas es el propietario quien se encarga de los gastos y, en otras, como la Comunidad Valenciana, éstos se dividen entre los dos, quizá la solución más justa y equitativa ya que son los dos actores los que se benefician de este servicio: el inquilino por encontrar casa y el propietario por alquilarla.
Entrar en el debate de si son demasiado estrictos los requisitos que piden los propietarios es entrar en arenas movedizas. Está claro que ellos necesitan garantías de pago de las mensualidades, incluso, muchas veces deciden contratar un seguro de impago de alquiler y así pueden ser más flexibles a la hora de los requisitos, pero no siempre es lo más común.
Por su parte, el inquilino, a pesar de ser
solvente, de poder pagar las mensualidades, quizá no disponga de esa cantidad para inmovilizarla. Si se pone un ejemplo, en un piso de 700 €, con los requisitos mencionados anteriormente, la persona debería disponer inmediatamente de 3.500 euros + 700 euros si hay agencia de por medio para poder entrar en ese piso. Y una nómina fija, a ser posible, con contrato indefinido. Si se es autónomo, la situación puede variar a mal y ser rechazado por la inestabilidad que, tradicionalmente, se asocia con los autónomos – cuando tienen la misma que cualquier trabajador por cuenta ajena.
Los alquileres han aumentado mucho en los últimos años en todas las ciudades, pero fundamentalmente en Madrid y Barcelona. Muchos los achacan al boom de los apartamentos turísticos o a la mayor demanda después de la crisis inmobiliaria que hizo menguar las ventas de casas y la compra más cautelosa.
Tanto es así que en la capital se constituyó durante el curso pasado el
Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid que destaca cómo el alquiler subió casi un 20% en la Comunidad. Este colectivo habla de una segunda burbuja inmobiliaria que está originándose por la falta de regulación firme ante esos apartamentos turísticos no registrados.
Sea como fuere, hasta que las aguas vuelvan a su cauce, el centro se está vaciando de jóvenes. En muchos casos, los que tuvieron la suerte de conseguir una vivienda hace pocos años, pueden seguir, pero los que empiezan a buscar, la mayoría, ya saben que ciertas zonas de Madrid son casi un sueño. Malasaña, Barrio de Salamanca, La Latina, Moncloa, Puerta de Toledo…mientras que los sueldos se mantienen, prácticamente, exactamente igual, y también suben los alimentos, la luz, la vida.